El sistema de vouchers educativos ideado por Milton Friedman (y propuesto por Javier Milei)

INFORMACIÓN PARA EL DEBATE INTELECTUAL

¿Cómo funciona este sistema?

El sistema de vouchers educativos de Milton Friedman es una propuesta que busca mejorar la calidad de la educación pública mediante la competencia entre las escuelas y la libertad de elección de los padres. Según esta idea, el Estado no financiaría directamente a las escuelas, sino que entregaría a cada alumno un bono o voucher que podría usar para matricularse en la escuela que prefiera, ya sea pública o privada. De esta forma, las escuelas tendrían que atraer a los alumnos ofreciendo mejores servicios y contenidos, y los padres podrían elegir la opción que más se adapte a sus preferencias y necesidades.

Esta propuesta fue formulada por el economista Milton Friedman en 1950 y ha sido implementada en algunos países con resultados variados. Algunos defensores de este sistema argumentan que favorece la innovación, la eficiencia y la equidad en la educación. Algunos críticos señalan que genera problemas como la segregación, la desigualdad y el deterioro de la educación pública.

¿Dónde se aplicó este sistema?

El sistema de vouchers educativos se ha aplicado en algunos países con diferentes características y resultados. Algunos de los países que actualmente aplican el voucher educativo son:

  • Chile: desde 1981, el Estado entrega un subsidio por alumno a las escuelas públicas y privadas que se adhieren al sistema. Los padres pueden elegir la escuela que quieran para sus hijos, pero deben pagar una diferencia si el costo de la escuela supera el valor del voucher. El sistema ha sido criticado por generar segregación, desigualdad y baja calidad educativa.
  • Colombia: desde 1991, el Estado ofrece vouchers a los estudiantes de bajos recursos para que puedan acceder a escuelas privadas. El programa ha mostrado efectos positivos en el acceso, la permanencia y el rendimiento de los beneficiarios.
  • Suecia: desde 1992, el Estado financia a las escuelas públicas y privadas por igual, y los padres pueden elegir la escuela que quieran para sus hijos. El sistema ha fomentado la diversidad, la innovación y la satisfacción de los usuarios, pero también ha generado problemas como el aumento de la desigualdad y la disminución de los resultados académicos.
  • Países Bajos: desde 1917, el Estado financia a las escuelas públicas y privadas por igual, y los padres pueden elegir la escuela que quieran para sus hijos. El sistema ha logrado una alta calidad educativa, una amplia libertad de elección y una baja segregación.

Otros países que han aplicado el sistema de vouchers educativos son Bélgica, Nueva Zelanda, Dinamarca, Francia (en algunas regiones), Singapur, Corea del Sur, Italia (en algunas regiones), Australia y Estados Unidos (en algunos estados).

¿Qué ventajas e inconvenientes tiene este sistema?

El sistema de vouchers educativos tiene ventajas e inconvenientes según diferentes perspectivas y experiencias. Algunas de las ventajas que se suelen mencionar son:

  • Favorece la libertad de elección de los padres y los alumnos, que pueden optar por la escuela que más se adapte a sus preferencias y necesidades, sin estar limitados por su ubicación geográfica o su nivel socioeconómico.
  • Estimula la competencia entre las escuelas, que tienen que mejorar su calidad educativa, su innovación y su gestión para atraer y retener a los alumnos, lo que beneficia a los usuarios del sistema.
  • Reduce el gasto público en educación, ya que el Estado solo financia el valor del voucher por alumno y no tiene que hacerse cargo de los costos operativos de las escuelas, lo que permite una mayor eficiencia en el uso de los recursos.

Algunas de las desventajas que se suelen mencionar son:

  • Genera segregación y desigualdad, ya que las escuelas privadas pueden seleccionar a los alumnos según sus criterios y cobrar una diferencia entre el valor del voucher y el costo real de la educación, lo que excluye a los sectores más vulnerables y crea brechas entre los distintos tipos de escuelas.
  • Deteriora la educación pública, ya que pierde matrícula y recursos frente a las escuelas privadas, lo que afecta su calidad y su infraestructura, y debilita el rol del Estado como garante del derecho a la educación.
  • No garantiza mejores resultados académicos, ya que la competencia entre las escuelas puede llevar a una estandarización de los contenidos, una pérdida de la diversidad pedagógica y una presión por obtener buenos puntajes en las pruebas externas, sin considerar otros aspectos del desarrollo integral de los alumnos.

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