Es indudable que la pandemia del COVID-19, popularmente conocida como «coronavirus» ha modificado nuestras conductas, entre ellas aquellas relacionadas con nuestro comportamiento económico.
El fenómeno económico que se ha producido en los bienes como el alcohol en gel, barbijos y todo lo relacionado con el COVID-19, es el clásico aumento de la demanda, no respondido por la oferta en un primer momento, lo que causó un notable aumento de precios.
Ahora bien ¿Como se soluciona esto?
Uno de los caminos es la intervención del Estado fijando precios máximos. Los efectos de esta medida en un primer momento serían «buenos» ya que los consumidores accederían a esos bienes a un precio más bajo del que se vendía antes del control de precios. Del lado de los fabricantes (oferta) el efecto no sería tan bueno, ya que los fabricantes no se verían tan motivados a abastecer esa nueva demanda, además de impedir la entrada de nuevos fabricantes. El resultado no sería el esperado ya que se agotarían los stocks a ese precio máximo y no se abastecerá al mismo ritmo que la demanda. Se produciría la escasez de esos bienes y el surgimiento de un mercado negro. No es la mejor solución.
En el caso que el Estado no intervenga en los precios, el alza notable de ellos por un lado limitaría a los consumidores en comprar más de lo realmente necesario y por el lado de los fabricantes los incentivaría a aumentar la producción y entrarían en el mercado más cantidad de oferentes. En este caso, con el tiempo, se abastecería a la demanda incrementada, equilibrandose con la oferta. Sin que se produzca escasez, ni mercado negro.
El sistema de precios es un mecanismo de transmisión de datos que indica los bienes y servicios que más demandan los consumidores y les indica a los productores qué fabricar y en qué cantidad. Si se distorsionan estas señales, aunque nuestra intención sea la mejor, perjudicaremos a los que queremos beneficiar.
POR FAVOR, SR. PRESIDENTE DE ARGENTINA, ALBERTO FERNÁNDEZ, SI NO QUIERE QUE DESAPAREZCAN LOS BIENES Y SERVICIOS RELACIONADOS CON LA PANDEMIA COVID-19, NO IMPLEMENTE UN FÉRREO CONTROL DE PRECIOS
Cr. Pablo Martín Scarpini