Mito 5: Los economistas valiéndose de gráficos y empleando rápidos modelos de cómputo informático pueden predecir el futuro con exactitud.
El problema de la predicción de los tipos de interés ilustra las dificultades de hacer predicciones en general. La gente es grosera y le gusta llevar la contraria con lo que su comportamiento, a Dios gracias, no se puede predecir de manera precisa. Sus valores, ideas, expectativas, y conocimientos cambian continuamente y cambian de forma impredecible. ¿Qué economista, por ejemplo, podría haber pronosticado (o pronosticó) la moda de las muñecas repollo o pimpollo (Cabbage Patch Kids) de la temporada de Navidad de 1983? Cada magnitud económica,
cada precio, cada cantidad comprada o cifra de renta es la encarnación de los miles, incluso de los millones, de decisiones impredecibles que realizan los individuos.
Muchos estudios, formales e informales, se han hecho acerca del registro de las previsiones realizadas por los economistas y ha sido consistentemente pésimo. Los que hacen esas previsiones a menudo se quejan de que pueden hacerlas bastante bien mientras se mantenga la tendencia actual; en lo que tienen dificultad es en captar los cambios de tendencia. Pero, por supuesto, no hay truco cuando se extrapolan las tendencias actuales al futuro próximo. No son necesarios modelos informáticos sofisticados para eso; se puede hacer mejor y mucho más barato utilizando una regla (de cálculo). El verdadero truco es precisamente pronosticar cuándo y cómo van a cambiar las tendencias y los que se dedican a hacer previsiones lo han hecho muy deficientemente. Ningún economista previó la profundidad de la depresión de 1981-1982, y ninguno predijo la fuerza del boom de 1983. La próxima vez que os veáis influidos por la jerga o la aparente pericia económica del agorero de turno, haceros la siguiente pregunta: Si realmente puede predecir el futuro tan bien ¿Por qué está perdiendo el tiempo redactando boletines de noticias o haciendo consultoría cuando podría estar ganando miles de millones de dólares en la Bolsa y en los mercados de materias primas?
por Murray Rothbard