Mito 3: el aumento de los impuestos constituye una cura para el déficit.
A quienes con toda razón les preocupa el déficit por desgracia ofrecen una solución inaceptable: aumentar los impuestos.
Curar los déficits subiendo los impuestos equivale a pretender curar a alguien una bronquitis pegándole un tiro.
La «cura» es mucho peor que la enfermedad. Una de las razones de esto, como muchos críticos han señalado, es que un aumento de los impuestos, simplemente proporciona al gobierno más dinero, con lo que políticos y burócratas son propensos a reaccionar incrementando el gasto todavía más. Parkinson lo dejo bien claro en su famosa «Ley»: «Los gastos se elevan hasta igualar los ingresos». Si el gobierno está dispuesto a tener, por ejemplo, un déficit del 20 por ciento, procurará elevar los ingresos aumentando el gasto aún más para mantener la misma proporción de déficit. Pero incluso al margen de este juicio sagaz de Psicología Política, ¿Por qué debería alguien creer que pagar un impuesto más alto es mejor que pagar un precio más alto? Es cierto que la inflación es una forma de tributación que hace posible que el gobierno y otros primeros perceptores del nuevo dinero puedan expropiar a aquéllos cuyos ingresos aumentan más tarde a lo largo del proceso inflacionario. Pero, al menos con la inflación, la gente sigue obteniendo una parte de los beneficios del intercambio. Si el pan se eleva a 10 dólares la pieza, esto es lamentable, pero al menos aún se puede comer pan. Pero si suben los impuestos, te quitan tu dinero para beneficio de políticos y burócratas y te dejan sin servicio ni beneficio. El único resultado es que el dinero de los productores es confiscado en beneficio de una burocracia lo que no hace sino añadir sal a la herida ya que parte del dinero confiscado se utilizará para reprimir a la gente. No,
la única cura para el déficit es sencilla pero en la práctica ni se menciona: consiste en recortar el presupuesto federal
¿Cómo y dónde? En cualquier partida y en todas las partidas.
por Murray Rothbard