Diez grandes mitos económicos (2)

Mito 2: Los déficits no tienen un efecto de desplazamiento o
expulsión de la inversión privada


En los últimos años ha habido una comprensible preocupación por la baja tasa de ahorro e inversión en Estados Unidos. Una preocupación es que los enormes déficits federales desviarán el ahorro hacia un gasto público improductivo y con ello disminuirá a largo plazo la inversión productiva, generándose cada vez mayores problemas para que los niveles de vida de la población mejoren o se mantengan. Algunos políticos intentaron una vez más refutar esa acusación por medio de
estadísticas. En 1982-83, declararon que los déficit eran elevados y estaban aumentando mientras que los tipos de interés caían, lo que indicaba que los déficits no tenían ningún efecto de expulsión. Este argumento demuestra una vez más la falacia de tratar de refutar la Lógica con estadísticas. Los tipos de interés bajaron porque con la recesión se redujo el endeudamiento de las empresas. Sin embargo, los tipos de interés «reales» (tipos de interés menos la tasa de inflación) se mantuvieron a unos niveles elevados y sin precedentes —en parte debido a que la mayoría de nosotros esperábamos un repunte de la inflación y en parte debido al efecto de expulsión—. En cualquier caso, la Estadística no puede refutar a la Lógica; y la Lógica nos dice que

si los ahorros se van a bonos del gobierno, necesariamente habrá menos ahorro disponible para la inversión productiva del que habría habido y los tipos de interés serán más altos de lo que lo hubieran sido sin los déficits.

Si los déficits los financia el público, entonces ese desvío del ahorro a proyectos del gobierno es directo y palpable. Si los déficits se financian con inflación bancaria, entonces, el desvío es indirecto, ahora la expulsión se produce porque el nuevo dinero recién «impreso» por el gobierno compite por los recursos con el viejo
dinero que el público había ahorrado.
Milton Friedman intenta desvirtuar el efecto de expulsión de los déficit
afirmando que todos los gastos del gobierno, no sólo los déficits, desplazan el ahorro privado y la inversión. Es cierto que el dinero desviado en impuestos también podría haberse ido hacia el ahorro privado y la inversión privada. Pero
los déficits tienen un efecto de contracción mucho mayor que el gasto global, ya que cuando los déficits los financia el público, obviamente, recaen sobre el ahorro y solo sobre el ahorro, mientras que los impuestos reducen el consumo
de la población y también sus ahorros. Por lo tanto:

los déficits, se les mire como se quiera, causan graves problemas económicos. Si son financiados por el sistema bancario son inflacionarios. Pero incluso cuando son financiados por el público, seguirán causando graves efectos de expulsión, al desviar los muy necesarios ahorros de la inversión privada productiva a innecesarios proyectos del gobierno.

Y, además, cuanto mayores sean los déficits, mayor será la permanente carga del impuesto sobre la renta
que soportará el pueblo estadounidense para atender los crecientes pagos en concepto de intereses, un problema agravado por los altos tipos de interés provocados por los déficits inflacionarios.

por Murray Rothbard

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