Conspiraciones hay, explicaciones conspirativas no sirven (Juan Carlos de Pablo)

Las explicaciones conspirativas sirven para no pasar por ingenuo, pero no para entender y decidir

Las dificultades que plantea la identificación de las causas que generan determinados fenómenos (por ejemplo: la inflación existente, aquí y ahora) es aprovechada por los entusiastas de las explicaciones conspirativas, entendiendo por tales aquellas que le agreguen una intencionalidad al accionar, transformando el fracaso según la interpretación convencional, en éxito según la explicación conspirativa. Ejemplos: José Ber Gelbard no fracasó otorgándole créditos a Cuba, sino que quería sovietizar la economía argentina; José Alfredo Martínez de Hoz no fracasó con la tablita cambiaria, sino que quería destruir la industria manufacturera.
Para saber más de esto entrevisté al austríaco Karl Raimund Popper (1902-1984), profesor en la Escuela de Economía de Londres, quien en 1934 publicó «La lógica del descubrimiento científico»; y en 1963, «Conjeturas y refutaciones». Planteó la idea de la falsificabilidad, según la cual nunca se puede probar que una teoría es cierta; pero sí que es falsa, cuando se encuentra información incongruente con sus implicancias y pronósticos. Según esta perspectiva, llamamos conocimiento al conjunto de teorías cuya falsedad todavía no se pudo probar.

¿Es fácil formular explicaciones conspirativas?
En economía, sí. Cuando falta un bien aumenta la demanda de los bienes sustitutivos y, por consiguiente, las ganancias de quienes los fabrican. ¿Cómo se explican de manera conspirativa, una huelga de subtes? Por la confabulación de los choferes de colectivos, los taxistas y los remiseros. Y si alguien duda de la explicación, hay que agregar que «la reunión fue secreta, por eso vos no te enteraste». A propósito, este reportaje también se puede explicar de manera conspirativa.
¿Y por qué es tan fácil formularlas?
Porque el único cuidado que hay que tener es que la explicación sea congruente con los hechos, por eso cada hecho puede generar muchísimas explicaciones conspirativas.
¿Cómo saber si determinado comportamiento colectivo surge de una coincidencia o de una conspiración?
Investigando. Hace muchos años en la Argentina, la lluvia volvía intransitables algunos caminos rurales, lo cual impedía que algunos de los camiones de hacienda pudieran llegar al mercado. Cómo el mismo número de compradores enfrentaba a un menor número de vendedores, el precio subía. Este es un ejemplo de coincidencia. La explicación conspirativa sostiene que el precio de la carne aumentó porque los ganaderos se pusieron de acuerdo, aprovechando la lluvia, y decidieron enviar menor cantidad de animales al mercado para que aumentara el precio.

¿ Por qué sin tan atractivas las explicaciones conspirativas ?

Porque en la Argentina, en general, y en la ciudad de Buenos Aires, en particular, nos aguantamos cualquier calificativo menos pasar por ingenuo. Ejemplo, casi da vergüenza afirmar que el 11 de setiembre de 2001 las Torres Gemelas fueron derribadas por una acción terrorista orquestada por Al Qaeda; suena mucho mejor afirmar que, en realidad, fue la CIA para hacernos creer que fue Al Qaeda. Siguiendo esta línea, cabe plantear que fue Al Qaeda para hacernos que fue la CIA, cuando en realidad fue Al Qaeda (quienes leyeron El chiste y su relación con el inconsciente, de Sigmund Freud, apreciarán que no estoy inventando nada).

A usted las explicaciones conspirativas no parecen gustarle

Cierto, porque en vez de estimular la reflexión, y sobre todo la búsqueda de información específica para entender mejor lo que está ocurriendo, generan holgazanería.

Usted no puede ser tan ingenuo como para ignorar que las conspiraciones existen

Efectivamente. Si una persona me avisa que dentro de cinco minutos va a estallar una bomba en el edificio de enfrente para asesinar a no se quién, yo le preguntaría cómo lo sabe, y está persona me muestra un artefacto explosivo y me dice: «ya mismo cruzo y lo instalo». Me está presentando un hecho de naturaleza conspirativa. Lo que rechazo es la explicación conspirativa de los hechos, cuando se carece de información específica y solo se conjetura.

Don Karl, muchas gracias.

(del libro: » Economía seria pero no solemne» de Juan Carlos de Pablo)

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